SALOMA MARINA
Mi madre odia el mar
mi mar en especial
Le advertí que no lo hiciera
fue todo lo que pude hacer
Dos años después
el mar se la comió
Sobre la orilla encontré un raro
aunque delicioso alimento
Pregunté al mar si podía comerlo
y el mar dijo que podía
—Oh mar, ¿Qué pez es éste
tan tierno y tan dulce?
—Los pies de tu madre.
TENGO 25
Con un amor una locura por Shelley
Chatterton Rimbaud
y la charla necesitada de mi juventud
se ha ido de oreja a oreja:
¡ODIO A LOS VIEJOS POETAS !
En especial los viejos poetas que se retractan
que consultan a otros poetas viejos
que hablan de su juventud en susurros
diciendo: —Los hice entonces
pero eso fue entonces
eso fue entonces…
Oh me gustaría acallar a los viejos
decirles: —Soy vuestro amigo
lo que fueron una vez, a través de mí
volverán a serlo…
después de noche en la confianza de sus hogares
les arrancaría sus de pedir perdón
y robaría sus poemas.
EL LAMENTO DE ZIZI
Estoy enamorado del mal de la risa
Me haría mucho bien si me diera
He vestido los espléndidos vestidos del Sudán
he cargado las magníficas halivas de los Hnos. Boudonin
he besado a las Fátimas cantadoras del padrote de Adén,
he escrito salmos gloriosos en el café de Hakhaliba,
pero nunca tuve el mal de la risa
entonces ¿de qué sirvo?
El gordo mercader me ofrece opio, kief, hachís,
incluso jugo de camello…
todo es insatisfactorio…
¡Oh maldita noche amarga! ¡Tú otra vez! ¿Aún debo
arrancarme los dientes irreales
desvestir mi ser incapaz de reír
poner a dormir esta cabeza melancólica?
No soy nada sin el mal de la risa.
Mi padre la tuvo, mi abuelo la tuvo;
seguramente mi Tío Fez la tendrá pero yo, yo
a quien le haría el mayor bien,
¿alguna vez la tendré?
HOLA…
Es desastroso ser un ciervo herido.
Soy el más herido, los lobos merodean,
y también tengo mis fallas.
¡Mi carne está atrapada en el Gancho Inevitable!
De niño vi muchas cosas que no quería ver.
¿Soy la persona que no quería ser?
¿Esa persona que habla consigo misma?
¿Esa persona de la que los vecinos se burlan?
¿Soy quien, sobre escalones del museo, duerme de costado?
¿Visto las ropas de alguien que falló?
¿Soy el tipo loco?
En la gran serenata de las cosas,
¿soy e pasaje más omitido?
TRES
1
El cantante callejero está enfermo
agachado junto al portal, se agarra el corazón.
Una canción menos en la noche ruidosa.
2
Del otro lado de la pared
el jardinero viejo planta sus tijeras de podar
Un nuevo joven
ha venido a cortar el seto
3
La Muerte llora porque la Muerte es humana
se pasa todo el día en una película cuando llora un niño.
TENGO 25
Con un amor una locura por Shelley
Chatterton Rimbaud
el ladrido-necesario de mi juventud
se ha ido de oreja a oreja:
¡ODIO A LOS POETAS VIEJOS!
Especialmente a los poetas viejos que se retraen
que consultan a otros poetas viejos
que hablan de su juventud en susurros,
dicen: -yo hice eso entonces
pero eso fue entonces
eso fue entonces
Oh yo calmaría a los viejos
les diría: -Soy tu amigo
lo que una vez fuiste, a través de mí
lo volverás a ser…
Luego de noche en la confianza de sus hogares
Arrancaría sus lenguas-apología
y robaría sus poemas.
EXTRAÑO A MIS QUERIDOS GATOS
Mis manos coloradas de agua están sin gatos ahora
aquí sentado solo en la oscuridad
mi cabeza conforma de ventana se inclina con tristes cortinas
Estoy sin gatos casi cerca de la muerte
Detrás de mí cuelga en la pared mi último gato
Muerto por mi mano hinchada de alcohol
Y en todas las otras paredes del ático al sótano
cuelga mi triste vida de gatos.
ANOCHE MANEJÉ UN AUTO
Anoche manejé un auto
sin saber manejar
sin tener un auto
Manejé y noqueé
a gente que amaba
…iba a 120 por el pueblo.
Me detuve en Hedgeville
y dormí en el asiento trasero
…emocionado por mi nueva vida.
Un anciano dijo que una vez vio a Emily Dickinson
Rostro desdichado; rostro rígido, intenso, blanco
Como el de una maravillosa mujer muerta. Me miró.
Tenía las largas manos en torno al cuello
Y su cabello negro como la seda pendía igual que murciélagos dormidos;
No era a mí a quien miraba.
Al alejarme vi que seguía mirando hacia allí
... Pero allí no había nada;
Es decir, nada que yo pudiese ver.
En las paredes de un triste cuarto alquilado...
Cuelgo viejas fotos de chicas de mi infancia...
Con el corazón roto me siento, el codo sobre la mesa,
La barbilla en la mano, estudiando
la mirada altiva de Helen,
la boca débil de Jane,
el cabello dorado de Susan.
Anoche conduje un coche
Anoche conduje un coche
sin saber conducir
sin tener un coche
Conduje y atropellé
gente a la que quería
... atravesé un pueblo a 180.
Me detuve en Hedgeville
y dormí en el asiento trasero
... emocionado con mi nueva vida.
Gregory Corso (Nueva York, 1930 – Minnesota, 2001), Gasoline & The Vestal Lady on Bratte, City Lights, San Francisco, 2001.
Versiones de Jonio González (dedicadas a Miguel Gaya)
Rostro desdichado; rostro rígido, intenso, blanco
Como el de una maravillosa mujer muerta. Me miró.
Tenía las largas manos en torno al cuello
Y su cabello negro como la seda pendía igual que murciélagos dormidos;
No era a mí a quien miraba.
Al alejarme vi que seguía mirando hacia allí
... Pero allí no había nada;
Es decir, nada que yo pudiese ver.
En las paredes de un triste cuarto alquilado...
Cuelgo viejas fotos de chicas de mi infancia...
Con el corazón roto me siento, el codo sobre la mesa,
La barbilla en la mano, estudiando
la mirada altiva de Helen,
la boca débil de Jane,
el cabello dorado de Susan.
Anoche conduje un coche
Anoche conduje un coche
sin saber conducir
sin tener un coche
Conduje y atropellé
gente a la que quería
... atravesé un pueblo a 180.
Me detuve en Hedgeville
y dormí en el asiento trasero
... emocionado con mi nueva vida.
Gregory Corso (Nueva York, 1930 – Minnesota, 2001), Gasoline & The Vestal Lady on Bratte, City Lights, San Francisco, 2001.
Versiones de Jonio González (dedicadas a Miguel Gaya)